Los mitos y dioses del norte de Europa
En alguna oportunidad debes haber visto un cómic, una serie de
dibujos animados o un videojuego en el que aparecía un poderoso dios que
producía truenos y rayos con su
martillo. Era Thor, que junto a Odín y las Valquirias es uno de los
personajes más recordados de los mitos y leyendas germánicas.
Los romanos denominaron
germanos a todos los pueblos que habitaban más allá del límite
noreste de su imperio; es decir, a los antepasados de los habitantes de
Islandia, Escandinavia -Dinamarca, Suecia y Noruega- y Alemania.
La mitología germánica, también conocida como nórdica y
escandinava, reúne las concepciones mitológicas y religiosas
comunes de los pueblos germánicos, que durante los primeros siglos de la
Edad Media se expandieron especialmente por el noreste de Europa.
Aunque el desarrollo de estos pueblos era claramente muy inferior al
de las grandes civilizaciones occidentales de la Antigüedad, poseían una
compleja explicación de la creación del Universo. Al igual que los
grecolatinos, egipcios y mesopotámicos, adoraban a un gran número de
dioses, a los que atribuían habilidades y cualidades extraordinarias.
Las creencias que trataremos en este número de Icarito fueron
heredadas en especial de los vikingos -pueblo de navegantes de
origen escandinavo que se expandió por Europa entre los siglos VIII y XI-,
que preservaron y enriquecieron los mitos germánicos.
Los textos más antiguos que hacen referencia a estas creencias son
las obras de los historiadores latinos Tito Livio y Tácito.
Ambos escribieron en el siglo I d.C., cuando las tribus germánicas ya se
habían establecido en la frontera del río Rhin.
Posteriormente, diferentes historiadores escribieron en lengua latina
sobre estos pueblos, como el sajón Beda (s. VIII) y el danés
Saxo Grammaticus (s. XII), entre otros, que recogieron algunos datos
sobre sus creencias, mitos y leyendas.
Pero de todas las fuentes, las más completas y populares son dos
colecciones que recogen la vieja literatura escandinava: las Eddas,
divididas según su contenido en la Edda Mayor, poética o antigua
y la Edda Menor, en prosa o nueva.
La Edda Mayor es una recopilación de poemas anónimos escritos
en islandés alrededor del año mil. Estos poemas se pueden dividir en dos
grupos: los míticos, que hablan de la creación y el fin del mundo; y los
heroicos, que hablan principalmente de los dioses Odín y Thor.
La Edda Menor fue escrita por Snorre Sturluson
(1179-1241) alrededor del año 1220. Es un manual de poesía para los
escaldos -nombre que se les daba a los antiguos poetas escandinavos-
en tres partes. La primera, el Gylfaginning, es una descripción
de la mitología, la creación del mundo, los dioses y sus vidas.
Otras fuentes son las historias de santos populares, que en muchos
casos sustituyeron a las antiguas divinidades tras la adopción del
cristianismo.
Por último, hay que mencionar los poemas medievales europeos, como el
Beowulf, el Cantar de los Nibelungos o el Gudrun,
obras cristianas inspiradas en temas paganos relacionados con las
leyendas contadas por la mitología germánica.
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