DIFERENCIAS ENTRE EL MITO Y LAS LEYENDAS
En razón de
la naturaleza de esta sección dedicada a MITOS Y
LEYENDAS ANCESTRALES, estimo necesario una aclaración sobre las diferencias
básicas entre ambos órdenes de narraciones.
El MITO es una narración que, desde un lenguaje simbólico, recupera los
orígenes, el mundo en su inicial creación divina. Así, el mito alude
generalmente al nacimiento del universo o al tema de cómo fueron creados los
seres humanos y animales, o cómo se originaron las creencias, los ritos y
las formas de vida de un pueblo. Para las culturas arcaicas donde el mito
emerge éste siempre es vivido como verdadero. El mito es vera narratio,
narración verdadera de lo real.
Por otro lado, la LEYENDA es una narración tradicional o una colección
de narraciones relacionadas entre sí que parte de situaciones históricamente
verídicas, pero que luego puede incorporar elementos ficcionales. En el mito
todo es estimado como verdadero. En la leyenda se combinan verdad y ficción.
La palabra procede del latín medieval legenda y significa ‘lo que ha de ser
leído’. Denominación que procede del hecho de que algunos oficios religiosos
de la primitiva Iglesia cristiana se leían en voz alta legendas o vidas de
santos. Una famosa colección en la edad media fue La leyenda dorada (Legendi
di sancti vulgari storiado), escrita en latín en 1264 por el dominico
genovés Santiago de la Vorágine, tratado hagiográfico donde los hechos de la
vida de los santos se acerca en muchas oportunidades a lo fantástico.
Otra diferencia entre mito y leyenda es que la leyenda se relaciona con
un lugar y una época determinadas. El mito alude a los orígenes, que suelen
estar fuera del tiempo. Por otra parte, el mito se ocupa principalmente de
los dioses, mientras que la leyenda retrata en general a un héroe humano,
como ocurre en el caso de la Ilíada y la Odisea o la Eneida. Son legendarias
también las historias que florecieron en numerosas novelas de caballería
durante la edad media y que fueron fuente de inspiración para escritores
posteriores: este es el caso de la leyenda del rey Arturo, con Carlomagno y
con el alquimista alemán Fausto.
A pesar de estas diferencia entre mito y leyenda, en ambos tipos de
narraciones hay un fulgor común: el de la imaginación y la veneración por
los orígenes, y por lo mágico y extraordinario de la existencia.
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